Prot-agonista

La culpa de esto, de aquello y de todo, la tiene el no saber;
si estoy solo, prot-agonizando lo que queda, lo que queda por hacer:
a través de una lucha de escala infinita,
a través de esos ojos que escuchan,
que hieren y hablan, explican y engañan,
y dicen, y nombran, y ríen y asombran.

Me pongo delante; aunque detrás lleve, todo lo escrito,
aunque suene bonito, no es una virtud sentarse a esperar;
aunque suene distinto, es mucho más fácil prot-agonizar,
esta vida jodida, tan simple que hiela;
la sangre, los huesos, los besos, la arena,
y los restos que quedan, se quedan en eso.

Miro de frente, y digo, estar solo, solo me vale, haciendo algo antes,
la historia es la misma, la misma de siempre más elegante:
filosofías baratas, palabras de plata, promesas gigantes, 
costillas flotantes, flores escarchadas, canciones usadas,
peliculas mudas y bucles exasperantes.
Lo tengo delante, presente acuciante, pasado abrasante.

Despierte del coma, respire profundo:
atraviese el túnel que acerca a este mundo y aleja segundo
a segundo, tome asiento, y lea el agradecimiento:
 "porque a veces siento que no duermo, y llevo dormido, en un sueño profundo
del que si despierto, me daré cuenta de lo que o fui o soy o seré:"
el prot-agonista.